Si se intenta calcular la cantidad de discos compactos que circulan y se observa que la mayoría de ellos son grabables solamente una vez, el resultado es que decenas de miles de CDs son desechados cada día y junto con ellos los materiales que lo componen, los cuales se pierden para siempre. El empaquetado, habitualmente en estuches de plástico o cajitas de papel con plástico transparente, otra vez derivados de recursos fósiles, empeora la situación.
Aproximadamente 100.000 CDs quedan obsoletos cada mes y van a los vertederos e incineradoras porque simplemente, los datos que contenían dejan de ser útiles porqué han caducado. Pero mientras los datos pierden interés, el material plástico no lo hace. La base o soporte de CDs y DVDs es el policarbonato un material que puede ser reciclado y reconvertido nuevamente en materia prima.
La aparición del CD parecía que iba a reducir el consumo de papel, pues muchas de las informaciones tales como catálogos, listas de precios, etc. se distribuyen en formato de CD. Aunque hasta hace poco no había industria alguna interesada en su reciclaje, la empresa vasca CEDERIKA puso en marcha a mediados del 2006 un sistema para recogida selectiva de CD obsoletos para su reciclaje que se puede suscribir con una cuota de entrada. Al suscribir el servicio se recibe una destructora de CDs y el contenedor de cartón para almacenarlos.
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